RAZONES POR LAS QUE VANCOUVER (CANADÁ) NECESITA UNA VISITA



Vancouver es una ciudad cosmopolita en la costa oeste de Canadá, que goza de una situación privilegiada entre el Pacífico y las Montañas Rocosas. Es un destino para disfrutarlo en cualquier época del año incluso para aquellos frioleros que temen el invierno canadiense. De hecho, a Vancouver la llaman el "Caribe” de Canadá por sus temperaturas suaves. Muchos viajeros visitan esta urbe como lugar de paso ya que es la puerta de entrada de los parques nacionales de las Rocosas así como el punto de partida de cruceros hacia Alaska. Pero Vancouver es un destino en sí mismo con montones de cosas que hacer. En definitiva, una ciudad que combina su modernidad con el arte nativo de los indios del noroeste de América a través de sus tótems y murales, algo que muestra con orgullo y que la convierte en una urbe acogedora, tolerante y sensible con la naturaleza. Y estos son, de menos a más, sus imprescindibles. 

Primera razón: Visitar Victoria

victoria - Conoce la Capital Cultural de Canadá con Tour IdiomasLa ciudad de Victoria, a hora y media en ferry, se ubica en Vancouver Island y es la capital de la provincia Bristish Columbia. Su nombre se debe a la reina Victoria y sorprende por ser elegante con aires muy británicos. Eso sí, de repente en cualquier rincón puede aparecer un tótem que revela el pasado nativo de esta isla. La zona más popular es su puerto, la Inner Harbour, flanqueado por dos de los edificios más fotografiados: el Parlamento, un imponente edificio gubernamental de estilo neoclásico victoriano, y el histórico hotel Fairmont Empress, que presume de servir el afternoon tea desde 1908. A solo una calle del Parlamento, se halla el Royal BC Museum que es ideal para conocer las culturas aborígenes y la historia natural de este lugar. Si se dispone de más tiempo, conviene visitar los Butchard Gardens, un paraíso de flores y árboles de 22 hectáreas y el castillo Craigdarroch, otro edificio emblemático.


 Segunda razón: Vivir una aventura en Whistler

A menos de dos horas en coche dirección norte desde Vancouver se encuentra Whistler, una de las estaciones de esquí más importantes de Canadá. Se llega por una carretera que lleva el sugerente nombre de Sea Sky Highway (autopista del mar al cielo), que ya indica que su recorrido es igual de espectacular que el destino. Esta carretera bordea el fiordo Howe Sound con algunos miradores y una de las paradas obligatorias es el Parque Shannon Falls, en que su principal atracción son sus impresionantes cascadas de más de 300 metros. A pocos kilómetros sorprende una gran roca de granito llamada Stawamus Chiefs que es sagrada para los indios de Squamish, un pueblo famoso también por ser centro de escalada. A unos 40 km se llega a Whistler, un coqueto resort alpino repleto de hoteles, tiendas y restaurantes, pero su belleza está en su entorno, a los pies de dos grandes montañas: Whistler (2.181m) y Blackcomb (2.436 m). Lo mejor es subirse al funicular Peak 2 Peak (de montaña a montaña) que las conecta. Es un paseo espectacular de 10 minutos en que algunas cabinas tienen suelo de cristal para no perderse ningún detalle. Eso sí, mejor estar atento porque no es nada raro observar algún oso por el bosque.

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Tercera razón: Desconectar en Stanley Park


Posiblemente se trate del parque urbano más espectacular del mundo. No solo por su gran extensión (404 hectáreas) sino también por su privilegiada situación. Un oasis rodeado de mar, lagos y bosques que hace olvidar que uno está en una gran urbe. La mejor manera de descubrirlo es alquilando una bici y recorrer el famoso Seawell, un bonito paseo de 22 km en que buena parte rodea la orilla del mar. Una de sus paradas obligatorias es el Brockton Point, el enclave más popular y fotografiado de Vancouver. Se trata de nueve tótems magníficos que asoman al mar, tallados por artistas de tribus de la costa noroeste acompañados por un centro de información con datos de cada uno de ellos. Si se viaja en familia, el tren miniatura es una buena alternativa ya que recorre el bosque de cedros y abetos, el Lost Lagoon, y las playas Second y Third. Otras atracciones son el acuario y miradores, además de zonas de picnic o restaurantes.






Cuarta razón: Descubrir Downtown

Skyline of Downtown Toronto seen from the Toronto Islands in August 2017Downtown es el corazón de Vancouver, una cuadrícula urbana de edificios acristalados con cierta estética futurista que contrasta con el resto de barrios residenciales. Los dos iconos de este distrito son el Canada Place, un original edificio en forma de velas en el puerto, y el Vancouver Lookout, una torre mirador de 169 metros que permite disfrutar de una panorámica de 360 grados. Además, confirma que Vancouver está encajado en medio de una naturaleza extraordinaria, entre el Pacífico y las Rocosas. Las principales calles a recorrer son el Granville Street, que va de norte a sur, y el Robson Street, de este a oeste. Esta última es el eje comercial donde se concentran las principales marcas internacionales. De camino hacia Gasstown, el barrio más antiguo de la ciudad, conviene detenerse en la biblioteca pública en Horner Street con su curiosa estructura en que imita al Coliseo de Roma. Gasstown es un barrio de ambiente tranquilo de calles adoquinadas y casas victorianas de ladrillo que transporta al viajero al siglo XIX. Su principal atracción es un reloj de vapor que silba cada 15 minutos.

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